Al finalizar cada año, y según el calendario previsto para la ejecución de las distintas medidas establecidas en el Plan de Igualdad, las empresas tienen que hacer balance de cómo se ha avanzado en la implantación de cada una de ellas y medir los resultados.
Si bien esto se tiene que ir haciendo de manera continua a lo largo de cada año y así poder medir el avance con los indicadores de seguimiento que se hayan aprobado previamente, a la finalización del año es un buen momento para hacer un análisis global y más detallado de lo acontecido.
Por lo tanto, considerando que el fin último del Plan de Igualdad es desarrollar aquellas acciones previstas y aprobadas para alcanzar los objetivos propuestos, la empresa tiene que actuar, es decir, hacer todo lo posible porque esas acciones se ejecuten y se pueda llevar un control de seguimiento para medir los resultados alcanzados.
La empresa en particular y la comisión de seguimiento en general, deben velar por:
- La consecución de los objetivos establecidos en el Plan de Igualdad.
- Obtener información sobre el proceso de ejecución de las medidas previstas en el Plan: nivel de ejecución, adecuación de recursos empleados, cumplimiento del cronograma…
- Detectar posibles obstáculos o dificultades en la implantación y realizar los ajustes pertinentes o adoptar medidas correctoras si fuera necesario.
Si de todo lo planificado a lo largo de un año hay medidas que no se han ejecutado, o bien no se han hecho en su totalidad, hay que justificarlo mediante informes y explicar los motivos, pudiendo ser por:
- Falta de recursos humanos y/o económicos,
- Falta de tiempo.
- No encontrar a proveedores.
- No contar con la totalidad de la plantilla (sesiones de formación), etc.
Este informe resumirá toda la información sobre la ejecución de las acciones e indicará, de forma clara y directamente observable, qué acciones se están ejecutando o retrasando, en qué áreas es necesario actuar, qué obstáculos se están presentado, el grado de participación, qué cambios y/o avances se están produciendo…
Seguro que en su Plan de Igualdad se ha recogido que se redactará un informe de seguimiento anual, durante toda la vigencia del plan, que servirá, a su vez, para la evaluación del Plan de Igualdad.
Desde mi punto de vista, lo principal y más importante es que la comisión de seguimiento pueda ir adaptando el desarrollo del proyecto según cada situación concreta, pudiendo modificar el cronograma de actuaciones según necesidades y según se determine en cada momento.
Para hacer ese control obligatorio de medidas, las empresas deben diseñar una ficha de seguimiento en la que se consigne toda la información sobre la implantación de cada una, utilizando para ello los indicadores de seguimiento ya comentados anteriormente. Esta ficha será cumplimentada por la persona o personas responsables de la puesta en marcha de cada medida y trasladada, posteriormente, a la comisión de seguimiento.
De igual forma, y siempre que se puedan justificar las causas por las que no se ha desarrollado o avanzado en una medida concreta, no hay que tener problemas, se trata de que un Plan de Igualdad es un proyecto “vivo” y se tiene que ir adaptando a las distintas circunstancias.
También cabe la posibilidad, y según el resultado de lo avanzado a lo largo del año, de realizar una revisión del Plan de Igualdad, esto es, en paralelo con la ejecución y seguimiento de las medidas, se procederá también a su revisión con el objetivo de añadir, reorientar, mejorar, corregir, intensificar, atenuar o, incluso, dejar de aplicar alguna de ellas, si se apreciase que su ejecución no está produciendo los efectos esperados en relación con los objetivos propuestos.
No lo olvides, al finalizar cada año es el momento de echar la vista atrás y analizar lo que se ha avanzado en el Plan de Igualdad, recopilando información sobre la situación real y valorando qué hacer y cómo mejorar desde ese momento en adelante.
Javier Artacho Reboso
Socio-Director, Responsable Área Laboral
