Aportando valor al mercado una microempresa puede ser competitiva si estudia lo que hace la competencia y apuesta por cubrir las necesidades de sus clientes. Sólo “mirando” al mercado y utilizando el sentido común, se puede crear empleo y generar valor para el cliente y para el propio empresario.
Casi ha pasado un año desde que escribí el post: “Un mismo negocio, dos autónomos del sector, distintos resultados…” y es curioso, la historia se repite, en esta ocasión en mi habitual viaje a la ciudad que me vio nacer, Córdoba, para disfrutar de su Semana Santa, he tenido otra grata experiencia de un negocio que, a simple vista, no tiene ningún secreto: “Los puestos de caracoles de Córdoba”. Es un negocio sencillo, muy sencillo. En Córdoba tenemos tradición de consumir este producto en el inicio de la primavera y, en toda la ciudad, se abren puestos de caracoles para disfrute de las personas a las que nos gusta consumir este producto con su sabor tan especial.
Estos puestos de caracoles se montan de forma sencilla con barras metálicas en las que se sirve la bebida y los caracoles a aquellos que se acercan a consumirlos, en general, todos los puestos son muy similares tanto en su configuración como en su distribución, pero claro, como en todos los negocios, hay excepciones. Y esa excepción la encontré a mi pregunta de: ¿dónde puedo ir a tomar unos buenos caracoles?, la respuesta de mi paisano fue al puesto que está en La Cruz de Juárez.
Efectivamente, nos desplazamos hasta el lugar y ¡bingo!: caracoles de un sabor sensacional, no en vano son el primer premio caracol de oro 2010 y, aunque en todos sus servilleteros tienen “el gato chino de la suerte”, creo que esta empresa ha creado su propia suerte porque, a partir de pedir mi ración de caracoles, pude comprobar cómo todo lo que me rodeaba estaba aderezado con elementos de gestión empresarial que evidenciaban que lo bien que funciona el negocio, ni es suerte, ni es casualidad….a diferencia de otros puestos del mismo tipo que no utilizan, ni gestionan el negocio con estos criterios empresariales.
Qué elementos me encontré que los diferenciaban del resto en un negocio tan sencillo:
- Un buen producto, bien cocinado. A los que nos gustan los caracoles sabemos diferenciar claramente sus bondades en el momento en el que nos los llevamos a la boca. Desde luego si no hay buen producto, no hay negocio.
- Variedad del mismo producto cocinado de formas diversas: caracoles chicos en caldo, caracoles chicos al picantón, caracoles en salsa, caracoles gordos en salsa, caracoles a la carbonara, especiales del día, caracoles en salsa de rabo de toro y, además, los puedes pedir para llevar.
- Precios populares y lista de precios. Lista de precios de la que no disponen en otros muchos puestos. Esta información al consumidor en el siglo XXI, tiene que ser un mínimo a cubrir necesariamente.
- Logotipo e imagen corporativa: los cinco empleados que estaban sirviendo al público tenían el mismo uniforme azul que claramente los identificaba, uniforme en el que tenían bordado el logotipo de la empresa.
- Repositorios para desperdicios en la propia barra. Elemento de comodidad para el cliente.
- Un magnífico detalle diferenciador: gel higienizante para las manos una vez has terminado de consumir los caracoles.
- Limpieza máxima.
- Atención rápida: en el momento que te acercas a la barra, te están atendiendo.
- Puedes llevarte los caracoles para consumir en casa. Tienen envases para llevar.
- Una vez que pagas, te dan un ticket con lo que has consumido.
- Cinco personas atendiendo al público.
- Terraza con amplios espacios para los clientes.
En definitiva, me encontré con un negocio, sencillo pero bien gestionado, con su propia personalidad y carácter en donde su principal foco está puesto en el cliente, ya que piensan en su comodidad, limpieza, atención y, sobre todo, le ofrecen un producto variado y muy bien cocinado.
Detrás de este negocio hay un empresario con visión de mercado, que ha visto lo que hace su competencia y los ha superado con creces, que sabe lo que quieren sus clientes y se lo pone a su disposición y que quiere diferenciarse de su competencia y ha creado sus propias señas de identidad corporativa. Muchos pueden pensar que esto que han hecho es muy fácil de hacer, sí, pero sólo ellos lo han hecho. Claro que es fácil de hacer, es de sentido común, sobre todo de sentido común empresarial.
Además tienen su propio blog: http://cruzdejuarezcaracoles.blogspot.com.es/
Cuando me encuentro empresas como “Caracoles Cruz de Juárez” me alegro mucho porque veo que hay empresarios que “de profesión son empresarios”, que se preocupan por sus clientes y aportan valor al mercado, no es lo mismo tomarse unos caracoles en Cruz de Juárez que en otro sitio. No es lo mismo tener un negocio, que tener una empresa. Estas son las empresas que hay en nuestro país, estas son las empresas que crean empleo, estas son las empresas que al trabajo, a la visión, a las cosas bien hechas le pueden llamar “suerte”, pero en realidad saben que es inteligencia de mercado, saben lo que quieren los clientes y apuestan por ser competitivos siendo diferentes. ¿Qué pequeña inversión han tenido que hacer para ser un referente? Poca, muy poca….
Me ratifico en mi artículo del año pasado: dos empresas del mismo sector, regentadas cada una de ellas por un autónomo, en la misma ciudad, pueden dar resultados diametralmente opuestos gracias a la distinta manera de entender el negocio y el mercado y cómo, el saber hacer, la experiencia y la intuición de un autónomo, le permite fidelizar a los clientes y afrontar inversiones para el crecimiento de una manera lógica y objetiva.
Ya saben, si quieren caracoles…mi recomendación es que vayan a “Caracoles Cruz de Juárez”
José Ángel Morales Medrano
Socio – Director
Musashi asesores consultores