Para que la estrategia se cumpla, el hacer y el hacerlo bien es imprescindible y ello sólo se consigue implantando una gestión por procesos que cumpla con lo que la empresa le ha prometido al mercado.
Cuando en una compañía se dispone de un plan estratégico que ejecutar para alcanzar los objetivos acordados, es decir, decide lo que quiere ser; es necesario saber cómo ser lo que se quiere ser y sólo hay un camino: haciendo. Pero, haciendo lo que hay que hacer y haciéndolo de forma correcta.
En las compañías, el hacer se pone en marcha a través de la gestión de operaciones que es, ni más ni menos, que utilizar los recursos de la empresa: capital, personas, máquinas, materiales, etc. para “hacer cosas”, es decir, para fabricar/vender productos y/o prestar servicios. El saber hacer está muy bien pero el hacerlo y hacerlo bien es lo definitivo.
Las operaciones son la forma en que una compañía ejecuta todos y cada uno de sus procesos. Pero, en contra de lo que en muchas ocasiones se pueda pensar, las operaciones no sólo se encuentran en los departamentos de la empresa que producen lo que venden, sino que estas operaciones se encuentran en todos y cada uno de los departamentos de la empresa. Y estas operaciones y su gestión se convierten en la palanca que hace que una empresa pueda o no ser competitiva.
Tal y como refiere el título de este post, las operaciones son clave para cumplir con la implantación de la estrategia y que los objetivos definidos se cumplan, por tanto, la gestión de las operaciones tienen que estar imbricadas en la toma de decisiones estratégicas de los directivos de la empresa. Con la gestión de las operaciones traducimos la estrategia en acción para alcanzar las metas previstas. Y, por supuesto, con la gestión de operaciones cumplimos o tenemos que cumplir lo que decimos en nuestra misión como empresa y lo que le ofrecemos a nuestros clientes.
Ser eficaces y ser eficientes es fundamental para que nuestra gestión de operaciones consiga los objetivos de la empresa siendo sostenible y, sobre todo, cumpliendo con lo prometido a los clientes.
Las operaciones influyen decisivamente en tres ámbitos:
- La cadena de valor de la empresa, es decir, de todas aquellas actividades a través de las que se añade valor a los ítems aplicando los recursos disponibles.
- Las palancas de gestión que son necesarias activar para que funcione lo que queremos y cómo queremos.
- Los objetivos de rendimiento que debe cumplir el sistema a través del diseño del mismo.
Para que los procesos cumplan su función es necesario establecer un modelo de negocio basado precisamente en la gestión por procesos y evitar un modelo de negocio basado exclusivamente en la gestión desde las áreas funcionales evitando compartimientos estancos por área funcional y provocando el trasvase de información de cada área funcional, de forma horizontal, a través de los procesos para que la misión de la empresa se cumpla. Y para que todo eso ocurra, desde el vértice de las empresas, es decir, desde la dirección tienen que impulsar este modelo de negocio, apoyar su implantación y dejar hacer el trabajo a cada uno de los empleados desde sus puestos de trabajo bajo la directriz de los procesos y actividades. Si estas premisas se cumplen el éxito estará más cerca…
José Ángel Morales Medrano
Socio – Director
Musashi asesores consultores