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SI HACES KARATE, SERÁS MEJOR EMPRESARIO… (PARTE PRIMERA)

Te estarás preguntando si esta mañana al levantarme me he dado un golpe, se me ha ido la olla y me he puesto a escribir lo primero que me ha venido a la cabeza después del golpe…nada de eso, estoy totalmente en mis cabales (bueno, eso creo…).

 

Wikipedia dice literalmente que “el Karate es un arte marcial tradicional basado en algunos estilos de las artes marciales chinas y, en menor medida, en otras disciplinas provenientes del sureste asiático proveniente de Okinawa. El nombre japonés se compone de las palabras kara “vacío” y te “mano”… También es conocido como Karate-Do (Do “camino”) En definitiva “El camino del arte de la mano vacía”.

 

Gichin Funakosi es conocido como “el Padre del Karate Moderno”.

 

Y también Wikipedía hace una clara denominación de empresario “aquella persona o grupo de personas que, de forma individual o colectiva, fija los objetivos y toma las decisiones estratégicas acerca de las metas, los medios, la administración y el control de las empresas y asume la responsabilidad tanto comercial como legal frente a terceros.​ Se trata de la persona física o jurídica, que con capacidad legal y de un modo profesional combina capital y trabajo con el objetivo de producir bienes y/o servicios para ofertarlos en el mercado, a fin de obtener beneficios”.

 

Bueno, empecemos…y no te olvides de estas dos definiciones tan relacionadas aunque no lo sepan ni los karatekas, ni los empresarios.

 

Para aquellas personas que no conozcan en profundidad el Karate tengo que decirles que, a pesar de lo que pueda parecer, no se trata de un grupo de personas que se meten en un gimnasio a “pegarse” (frase muchas veces oída en cualquier conversación de neófitos y que habitualmente se nos dice a los karatekas).

 

Al que practica karate se le llama karateka (hombres y mujeres, mujeres y hombres) y el karateka cuando se inicia, le pasa lo mismo que al emprendedor cuando decide dar el paso de convertirse en empresario, entra en el tatami (superficie sobre la cual se practica karate “versión corta”), y el emprendedor entra en el mercado y, como el karateka, en sus primeros días de entrenamiento, siente cierto “miedo” e inseguridad porque se enfrenta a algo desconocido (por muchas “películas de chinos” que haya visto), ve a un grupo de personas ataviadas con sus karategis (atuendo tradicional del karateka) realizando una serie de movimientos que desconoce y no sabe muy bien si serán sus compañeros, sus enemigos o qué le pasará en ese espacio de entrenamiento cuando empiece “el juego”; igual que el empresario novel que se siente totalmente inseguro cuando entra en su mercado (su tatami) y se encuentra con empresas del mismo sector que ya están operando y compitiendo por los mismo clientes que él compite. ¿Supongo que habéis oído hablar del karate de competición? ¿no?…pues eso.

 

 

Pero el karate es mucho, mucho, mucho más. El karateka se enfrenta a su “enemigo” solo, con las únicas armas que tiene, “la mano vacía”, y no sé si habéis oído hablar de la “soledad del empresario” pero, como el karateka, también está solo ante el mercado, solo ante los competidores, solo ante los problemas del día a día. Pero si eres empresari@, este arte marcial milenario te otorgará las siguientes ventajas para que tu soledad no te incomode y se beneficie tu actividad económica:

 

  • Autosuperación: si te conformas con lo que tienes, tu empresa no crecerá, si el karateka se conforma con su cinturón: blanco, amarillo, naranja, verde, azul, marrón….no pasará de nivel y no alcanzará el “ansiado” cinturón negro, primer paso de su largo e interminable “camino”.

 

  • Gestión de tus emociones, autocontrol, autoconocimiento: en una lucha, en un combate, como no te controles, pierdes. En tu actividad económica como trabajes por impulsos no ganas mercado, pierdes tu capacidad de pensar estratégicamente y posiblemente, al final, tendrás que cerrar tu empresa. El karate también es una lucha interna, una lucha contra nuestro peor enemigo, nosotros mismos, y cuando “te enfrentas cada día al tatami”, te enfrentas a ti mismo, a tu cansancio de todo el día trabajando, a tu desánimo porque las cosas no salieron como tú querías, a tu capacidad de hacer mejor los ejercicios, a tu necesidad de superación para concentrarte en hacer bien y mucho mejor el kata. Sin embargo, cuando, después del entrenamiento, vuelves al vestuario eres una persona renovada y con el ánimo totalmente cambiado y preparado para afrontar un día más de trabajo, un día más de entrenamiento. Todos mis compañeros y compañeras karatekas saben de lo que hablo…

 

  • Temple: en el fragor de un combate debes tener la capacidad de estar “sereno” ante esa situación peligrosa. En la gestión de la empresa es necesario tener perspectiva y tener la suficiente serenidad ante las continuas dificultades que se van presentando.

 

  • Mejora de las habilidades: practicar, practicar, practicar; no hay ningún otro secreto en el karate, con la práctica mejoras habilidades físicas, mentales y emocionales, tu perseverancia se asienta, tu consistencia aumenta, tu sentido del espacio y la distancia y el dolor físico y psicológico toman otra dimensión. El empresario descubre que uno de los secretos del éxito es trabajar, trabajar, trabajar (inteligentemente) y para saber gestionar emocionalmente ese trabajo, el karate es un gran aliado porque el empresario será un mejor gestor de su estrés, porque se conocerá mejor, aumentarán sus habilidades mentales y se enfrentará mucho mejor a su problemático día a día y la inteligencia para trabaja aumentará.

 

  • Aumenta la velocidad de reacción: en karate, como siempre seas reactivo, seguro que pierdes. La proactividad en karate es una “herramienta” para ganar, para tener la iniciativa, para que tu contrincante sienta “la mirada del tigre”. El empresario que siempre es reactivo, que se enreda en los problemas del día a día, que microgestiona, que no soluciona los problemas que se presentan y de los que, en la mayoría de las ocasiones, conoce la solución, como mínimo no crecerá y, si mantiene su actitud reactiva, terminará cerrando su empresa.

 

  • Foco, concentración: ¡¡Ay de aquel karateka que no esté concentrado!! En un combate tienes que tener máxima concentración, máximo foco en la pelea, en tu contrincante y en tu objetivo: ganar; de lo contrario estas perdido y perderás. Si en el mundo de la empresa no tienes foco, no sabes a dónde vas, cómo te puedes concentrar en alcanzar tus objetivos empresariales…, en caso de que los tengas, claro. El karate “te pondrá las pilas” para que te concentres y tengas claro tu objetivo: ganar en el mercado, ganar clientes, ganar a la competencia, ganar dinero.

 

  • Capacidad de decisión: un combate es el mejor entorno para aprender a decidir en un momento de crisis (que mayor crisis física y psicológica que un combate) y el karate te prepara; el karateka lo hace, el karateka a base de combates, a base de golpes, a base de perder y de ganar, lo hace, aprende a decidir y aprende a ganar. ¿Tengo que explicar la cantidad de decisiones que en el día a día un empresario tiene que tomar en un entorno de crisis económica? ¿Tengo que explicar la cantidad de “golpes” que el empresario recibe debido a la gestión de su empresa y a las decisiones erróneas que toma? ¿Tengo que explicar la cantidad de veces que un empresario se equivoca y acierta en su toma de decisiones? Pero a mayor experiencia, mayor conocimiento, mayores éxitos en las decisiones. Como decía antes: practicar, practicar, practicar; trabajar, trabajar, trabajar.

 

  • Humildad: nunca sabes a quién tienes delante en un combate. Seguro que tendrás a otro karateka que se ha preparado tanto o más que tú, ha sudado el karategi tanto o más que tú y ha entrenado su mente tanto o más que tú para ganar el combate y, de eso, todos los karatekas somos muy conscientes, por lo tanto, también el empresario necesita a diario su baño de humildad, muy necesario porque otros empresarios saben tanto o más que él, se han preparado para competir en el mercado tanto o más que él y en la batalla del mercado también quieren ganar. No hay enemigo pequeño.

 

  • Disciplina:

 

Aquí lo dejo, porque lo que queda es para leerlo en la segunda parte de este post…

De momento decide si quieres que el milenario arte del Karate te ayude a gestionar tu empresa…

Nos vemos en el tatami.

Estar atentos a esa segunda parte.

 

José Ángel Morales Medrano

Socio-Fundador

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